Como comentamos en la actividad anterior, los discípulos de Jesús sintieron miedo, fueron cobardes, les faltaba fe. Pero el día de Pentecostés, el Espíritu Santo vino sobre ellos, los llenó de su fuerza y les impulsó a ser testigos de su fe con obras y palabras.
Al llegar el día de Pentecostés estaban todos reunidos en un mismo lugar.
De repente vino del cielo un ruido como el de
una ráfaga de viento impetuoso que llenó toda la casa donde se encontraban. Se les aparecieron unas lenguas como llamaradas que, repartiéndose, se posaron sobre cada uno de ellos.
Todos se llenaron del Espíritu Santo. Hch 2, 1-4
Desde Pentecostés los Apóstoles ya no estaban solos. El Espíritu de Jesús actuaba en ellos.
También vosotros recibiréis el día de vuestra Confirmación la plenitud del Espíritu Santo. Él os cambiará por dentro y os llenará con su luz y con su fuerza.
¿Cuál o cuáles de estos dones le pedirás al Espíritu Santo el día de tu Confirmación? Explica tu respuesta.
LOS DONES DEL ESPÍRITU SANTO
Sabiduría (Ver la realidad con los ojos de Dios)
Entendimiento (comprender las cosas de Dios)
Consejo (conocer los caminos de Dios)
Fortaleza (fuerza para vivir como cristianos)
Ciencia (descubrir y conocer a Dios)
Piedad (amor a Dios y a los hermanos)
Temor de Dios
(acoger a Dios en nuestra vida)